Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

20 Junio, 2016

Un solo Presidente, una sola democracia.

Ilustración Guillermo Figueroa

Sombras amenazan un gobierno que no ha nacido. Sombras del autoritarismo que quiere usar el poder parlamentario para poner en jaque al Presidente electo, cuando no rumorear su vacancia. Keiko Fujimori ha probado con sus hechos que la sospecha es cierta. No es una demócrata,  ni esta a la altura de un estadista democrático. El poder absoluto, que estuvo a punto de tener, se le escapó de las manos por voluntad popular. El problema es que ansía obtener por la puerta falsa lo que no obtuvo por la puerta grande. Desplantes, amenazas, condiciones, esas han sido sus respuestas frente al Presidente electo.

¿Qué debe hacer el Presidente del Perú frente a esta conducta antidemocrática? Pues, por el momento, y hasta que se le de la investidura al próximo Presidente del Consejo de Ministros en el Congreso a fines de agosto, nada. ¿Nada? Así es, nada. Kuczynski es un líder, no un pélele de la derrotada. Pésimo servicio le están haciendo los “ofrecidos” , voluntariosos, bien intencionados o no, que están tocando las puertas de Keiko Fujimori. Kuczynski no oferta nada. Ni indultos, ni amnistía, ni ministerios, ni puestos públicos. Cero. Nada de nada.

Los congresistas Bruce, Sheput o la propia Susana de la Puente no son emisarios del Presidente. Yo misma se lo he preguntado hoy. Desconoce esas gestiones y le molestan mucho. Mas aún, que aparezcan en portada de El Comercio sin que nadie le pregunte a él que piensa. Y él, por lo que ví, tiene el mismo interés que la señora Fujimori en conversar. Es decir, ninguno. No le interesa. Por ahora, no la necesita. Y esa es una magnífica noticia que puedo compartir. Ya era hora de tener un Presidente que sabe quien es él y que responsabilidad le ha puesto el pueblo sobre los hombros.

El Presidente es uno solo y es Pedro Pablo Kuczynski. Las razones por las que resultó elegido Presidente son muchas y complejas, pero lo cierto es que él tuvo mucha suerte y creo – es mi esperanza y la de más de ocho millones de peruanos – que nosotros también.

Al Presidente le urge formar un Ejecutivo propio, que hoy no existe. Designar no solo un gabinete sino también decenas de puestos de confianza para manejar el aparato del Estado, que es “un monstruo grande y pisa fuerte”. No se monta un mínimo de 100 a 200 puestos de confianza en un día. Esa es la tarea de hoy. No andar pidiendo clemencia a la derrotada. No hay tiempo para eso, y ganas, menos.

Hemos elegido a un demócrata con mucho liderazgo. Mucho más del que creen sus adversarios. No se equivoquen. Esa combinación de virtudes ha sido casi inexistente en nuestra República. El desfile protocolar es necesario para vestir la democracia de buenas formas pero innecesario para las tareas de gobierno. En lo que existan consensos, los habrá. Y en lo que no existan consensos, no los habrá.

Estoy segura que los congresistas de Frente Amplio apoyaran las iniciativas anticorrupción, las reformas democráticas y la agenda de derechos humanos. Y estoy segura que su visión de mas Estado en la economía puede ser incompatible con otra que pide mas ciudadanía. Pero eso no impide avanzar en lo que hay acuerdo. Eso, es democracia. Eso, es lo que no entiende Keiko Fujimori, cuyos voceros quieren estigmatizar a la izquierda democrática que recuperó el espacio que ella tenía, para entregárselo a otro demócrata. Eso, es lo que no perdonan. Por eso los insultos de Tubino o  las amenazas veladas (“que gobierne con sus aliados de campaña”, dijo) de Keiko Fujimori.

A pesar de la situación de amenaza antidemocrática, hay una ventaja adicional para Kucsynski. No creo que los 73 congresistas del fujimorismo sean unos soldaditos de plomo con jefatura. Lo dudo mucho. Fueron reclutados porque tenían el dinero y la popularidad para ganar sus campañas. Su lealtad no esta comprometida en voto perpetuo con Keiko Fujimori. Menos ella si los trata con la punta del pie y los obliga a cotizarle parte del sueldo. La opción democrática puede ser tentadora cuando de lo que se trata es de exhibir logros y no pleitos que pueden llevarlos a sufrir una grave impopularidad. Suicidas, no son.

En conclusión, olvidemos unos días a Keiko Fujimori y que sane sus heridas en soledad. Tenemos Presidente y la esperanza de un mañana mejor para todos debería tener la atención de nuestros sueños. No una señora picona y unos autoproclamados emisarios figuretis, que ningún favor le hacen ni al Presidente, ni a la democracia.

Si PPK gobierna con el pueblo, por ahora, basta y sobra.

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