Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

18 diciembre, 2018

Premio Nacional de Periodismo para «Lava Juez»

Esta noche se ha otorgado el Premio Nacional de Periodismo a IDL Reporteros por la serie conocida como «Lava Juez» que consta de 40 entregas entre julio y octubre de este año. El Premio lo otorga el Instituto Prensa y Sociedad, la Pontificia Universidad Católica del Perú y el Consejo de la Prensa Peruana.

Un jurado compuesto de 25 personas escucho la sustentación de cinco invitados a defender las virtudes de los 5 trabajos finalistas. Me tocó ponderar los méritos del trabajo que termino resultando ganador. Si se considera que uno de los ejes de evaluación es el impacto que ha tenido la investigación en la sociedad, se comprenderá lo fácil que fue el encargo que me tocó.

Felicitar a Gustavo Gorriti y a todo su equipo ha sido un gusto inmenso, por eso me gustaría compartir con los lectores lo que leí al jurado esta tarde, antes de la deliberación y voto final.

 

Cuando en la madrugada del sábado 7 de julio de este año, IDL Reporteros publicó la primera entrega llamada “Corte y Corrupción”, de lo que luego se conocería como el caso “Lava Juez”, era poco lo que se sabía sobre el origen del material y sus posteriores ramificaciones. Sin embargo, quedo claro desde el inicio, que había sido expuesta una corrupta y gigantesca cadena de favores y pagos entre abogados, empresarios, políticos, fiscales, jueces y consejeros del Consejo Nacional de la Magistratura que iba a tener cola.

Y vaya cola. Seis meses y 40 entregas después (hasta octubre pasado) el resultado de esta investigación, que explotó como nunca y para bien sobre el sistema de justicia peruano, ha producido los siguientes efectos:

  • Un Consejo Nacional de la Magistratura removido por el Congreso; acusados parte de sus miembros en la vía constitucional y penal; y reformado, con una nueva Junta Nacional de Justicia aprobada en referéndum.
  • La renuncia del Presidente del Poder Judicial y su reemplazo temporal por el doctor Víctor Prado.
  • La detención preventiva del Presidente de la Corte Superior del Callao y de todos sus cómplices, incluyendo al vocal supremo Cesar Hinostroza Pariachi, fugado, atrapado y esperando su extradición en España.
  • El debilitamiento político de Keiko Fujimori que, a la espera de una casación favorable en la sala de Hinostroza – que nunca llegó – está hoy presa.
  • El debilitamiento de la injerencia en el Ministerio Público de Alan García, que luego de un fallido intento de asilo, continúa impedido de salir del Perú.
  • La prisión preventiva del Presidente de la Federación Peruana de Futbol.

De otro lado:

  • El empoderamiento del Presidente Vizcarra encabezando la lucha anticorrupción y una propuesta de reforma integral de la justicia que ha recibido enorme respaldo popular vía referéndum.
  • El empoderamiento de sectores minoritarios pero muy sanos dentro del sistema de justicia que se han hecho, por primera vez, visibles. Vale la pena recordar a quienes todo empezaron: las valientes fiscales del Callao que solicitaron las escuchas legales al detectar señales evidentes de delito en la presidencia de su propia corte.
  • Finalmente, la caída en desgracia del Fiscal de la Nación, que a pesar de sus negadas conversaciones con Hinostroza (que esta investigación también puso a la luz), continua en su puesto como grave amenaza a la investigación Lava Jato.

Solo por sus efectos en la vida política y judicial del país esta serie de 40 informes merece, sin lugar a dudas, el premio nacional de periodismo. Pero hay que añadir algunas características de enorme valor periodístico que son únicas en esta investigación:

  • El trabajo de hormiga para poder dar contexto a un laberinto de voces que, perdidas en el tiempo, podrían no haber significado nada, ni siquiera ordenadas en orden cronológico. Cientos y cientos de horas de grabaciones estudiadas, cotejadas, repasadas para encontrar los nodos y sus grupos de influencia.
  • El trabajo interdisciplinario con los abogados de Justicia Viva del mismo IDL, experiencia enriquecedora del resultado e indispensable para conocer a los actores y sus antecedentes. Experiencia, poco común, que va más allá de la asesoría del consultor experto.
  • El respeto a la intimidad de los actores y el rigor para evitar acusaciones sin fundamento.
  • El interés que se ha despertado en temas judiciales, que eran lejanos y ajenos, a una audiencia que hoy es más amplia que nunca. Hoy, estos asuntos son centrales para un público que fue apático y ahora desea saber más.
  • Y, finalmente, los graves riesgos a la libertad de expresión asumidos por Gustavo Gorriti. Desde una falsa diligencia en la sede del IDL que pretendía incautar todo el material hasta apercibimientos inconstitucionales para revelar sus fuentes, como ha sido denunciado dentro y fuera del Perú, sin mencionar los sistemáticos ataques de un periodismo servil a Keiko Fujimori y a Alan García.

Todo esto con un equipo sorprendentemente pequeño: Los reporteros Rosa Laura, Hernán Floríndez, Margot Desautez y Patricia Mayorga capitaneados por Romina Mella y su Director Gustavo Gorriti en colaboración permanente con los abogados expertos de Justicia Viva del IDL, Cruz Silva y Luis Miguel Purizaga, merecen todo el reconocimiento que el país pueda darles para que así continúen con las tareas que abre el proceso Lava Jato, cuyos vasos comunicantes con Lava Juez han quedado evidenciados en estos meses. Si en algo se ha reducido la impunidad, la falta de vergüenza desde el poder, el delito cometido por jueces y fiscales y por quienes los nombraban, la usurpación de la justicia por parte de políticos corruptos es gracias a grandes momentos del periodismo como este.

Podríamos transitar por estas 40 entregas donde con enorme mérito escénico discurren personajes sacados de la picaresca, conocidos sólo en los círculos judiciales y hoy proyectados al país como la “mafia de los hermanitos” donde todo se trafica. Desde sentencias hasta teléfonos celulares. ¿Entradas de fútbol? ¿nombramientos? Todo se compra y todo se vende. Donde las influencias son exhibidas como carta de presentación, sean reales o simuladas. Donde fluye el ron Zacapa y las mujeres, mientras que el Doctor Rock se inmortaliza vendiendo entradas a su concierto. Si Lava Juez hubiera sido una novela de ficción, a veces, hubiera resultado inverosímil.

Pero lo importante es lo que, más allá de todos los mafiosos y sus cuitas, ha dejado esta historia para la posteridad. El Perú ha cambiado mucho en estos seis meses. Si la correlación de las fuerzas políticas es otra hoy, se lo debemos en gran medida a este trabajo periodístico.

Demos mérito a quienes dentro del periodismo han sido pieza clave en este cambio. Una nueva generación de jueces y fiscales lo va a agradecer, así como el país que mira con respeto y sincera admiración nuestros esfuerzos, como periodistas, por encontrar la verdad.

Muchas gracias.

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *