Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

13 Enero, 2016

Luis Castañeda Lossio: Primer año.

Recuerdo que cuando Susana Villarán cumplió un año de gestión se desató una campaña de insultos diseñada para convertirla en incapaz, incompetente. Los famosos #Ladyvaga o #HagaAlgoSeñoraVillaran inundaron el Twitter. La campaña estaba basada en hechos falsos pero logró su objetivo. En ese mismo verano se comenzaron a recoger firmas para la revocatoria. Detrás del plan, luego se supo, siempre estuvo Casteñeda Lossio y su partido, apoyados por el Apra.

Se hicieron y publicaron cuadros comparativos del primer año de gestión de Castañeda versus Villarán. De nada sirvió. La decisión de ser austera en el gasto publicitario y desaparecer su nombre de cada obra le costó caro. El veneno funcionó eficazmente. Fue, en parte, su culpa. Un error político. Castañeda nunca perdonaría la comisión edil que investigó el caso Comunicore (y luego Caja Gas) que lo encontró responsable de ese latrocinio aunque el  mismísimo Tribunal Constitucional lo sacara del proceso judicial, que, dicho sea, sigue paralizado.

¿Y hoy? ¿Algún análisis, aunque sea laudatorio del primer año de gobierno de Castañeda? Entiendo que las elecciones generales lo ayudan a desaparecer, lo cual es, digamos, su mejor truco. El “mudo” mantiene su alta aceptación popular basada en el principio de “roba pero hace obra”, siempre que no lo agarren, ¿verdad? No me estoy inventando nada. La encuesta se hizo antes de que fuera elegido por tercera vez y más del 50% de encuestados señaló que votaría por alguien que “roba pero hace obra”. Entonces la coyuntura política lo ayuda. Está en un muy conveniente segundo plano.

¿Obras del primer año?

1. Un by pass que nadie pidió y que no sirve para nada según se lo han hecho ver los colegios profesionales de ingeniería y arquitectura. Y al costo de usar un fideicomiso asignado para crear un gran parque de urgente necesidad al lado de río Rimac.

2. No terminar la Costa Verde. Ahí están los puentes paralizados. Su pintura amarilla no borra el resto de plataformas abandonadas y probablemente en litigio.

3. Tomarse fotos en túnel Santa Rosa, obra suya que se vino abajo en el primer mes de gestión de Villarán y por la que la critico sin cesar. ¿La inauguró? No.

4. Desmantelar todo lo que pueda siquiera oler a la gestión anterior. Un prepotente borrado de murales (“los borraremos todos”) le costó algo de popularidad así como hacer el tercer carril de la Costa Verde enfrentando a los surfistas. Luego desmantelar toda el área de cultura, despedir miles de trabajadores contratados y lo peor de todo, paralizar la reforma de transporte en perjuicio de miles de usuarios. Pese a todos los insultos y a las cientos de horas de televisión dedicadas a denostar el corredor de la Avenida Arequipa, este hoy funciona. Con el impulso debido ya se hubieran licitado todos los corredores. Pero los Oriones y Chosicanos ganaron la pelea.

5. Tratar de apropiarse, con su nombre estampado, de obras concesionadas como por ejemplo, “Rutas de Lima”. El 95% de los ingresos de Emape – su antigua caja para hacer obra – están, felizmente, bien concesionarios y con obras en ejecución que no son de su gestión.

6. ¿Algo sobre el entrampamiento en el MEF con el contrato para rehacer parte de la Avenida Javier Prado? Cero balas.

¿Algo se me queda? Sí. El Alcalde tiene más de 60% de aprobación. Nunca tan cierto que los pueblos tienen los gobernantes que se merecen.

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