Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

11 Diciembre, 2015

Guía navideña en campaña

Diciembre me gusta, pero hay que tener años de entrenamiento para sobrevivir a la ansiedad generada por el calor, el tráfico, la muchedumbre y el gasto que se acumula. Este domingo ya es el tercer domingo de adviento y la navidad, ya esta encima.

En ese estado de cosas, hablar de candidatos termina siendo conversación de mesa o sobremesa familiar, de reencuentro con parientes extranjeros o lejanos, de lonche o chocolatada navideña o de “amigo secreto” de la oficina. Una conversación que puede ser amena o tensa – siempre hay desavenencias- pero que nadie quiere, en estos días, llevar a mayores por la unión de la familia, los amigos de años o los niños presentes. Creo que la mayoría de adultos busca pasar las fiestas en paz y la campaña política es todo lo contrario: es tiempo de guerra.

Estamos entrando pues, a la tregua de diciembre. Sin embargo es un momento crítico para que los partidos tomen decisiones a puerta cerrada. Y no son pocas porque en enero toda la atención vuelve a la campaña, con la inscripción de listas presidenciales.

Todos los partidos deben decidir en los próximos días cuestiones estratégicas y fundamentales:

1. Alianzas. Crítico para cualquiera que no está en la “liga de los 5 punteros”. La alianza puede salvar la inscripción o puede perderse para siempre. Pero en política – donde el mundo es al revés-hay sumas que restan. No todos los punteros quieren los aliados ofrecidos.

2. Candidatos.  Si no han sido elegidos, hay que elegirlos ya. Y sino se presentan, los partidos pueden ir en alianza o sólo con lista parlamentaria con el riesgo que eso conlleva. Ejemplos, sobran.

3. Planchas. Los Vice Presidentes (si no llegan a ser congresistas) tienen el cargo mas decorativo e ingrato del Estado. Pero, a veces, solo a veces, son vitales: cuando el cargo de Presidente vaca por muerte, renuncia o incapacidad. Sin embargo, en campaña son una decoración promocional del candidato. Si sus nombres “dicen algo positivo” al elector, ayudan. Veremos sobretodo mujeres, con historiales limpios. Pero hay que buscarlas y convencerlas. Nada fácil.

4. Estrategia de comunicación. ¿Contratar a un experto o ir solos? ¿Armar un “comando de operaciones”? ¿Cuánto cuesta? ¿Podemos hacer nuestras propias encuestas diarias como hacen los mas grandes? ¿Podemos medir el impacto día a día?

5. Financiamiento. Momento de la verdad. ¿La plata llega sola? A los punteros, si.  Pero ¿abajo? Eso se considera “dinero perdido” y llegará de favor o a cuenta gotas. Y sin plata, no hay publicidad y sin publicidad estás fuera de la campaña.

6. La lista al Congreso. Aunque se inscriba en febrero este es el momento de reclutar. Y al que madruga, Dios lo ayuda. Las caras “buenas”, jaladoras de votos, no son infinitas. Por otro lado está la pelea interna. Si los invitados son mediáticos, entraran ellos y no los militantes. Bronca asegurada.

7. ¿Aprovecharse de la Navidad? Todo un dilema político. Para el electorado conservador la Navidad es una fiesta religiosa que celebra el nacimiento de su Salvador. ¿Quieren ver a los postulantes cargando al niño Jesús? No. ¡Por Dios! ¿Se imaginan a García, Toledo o Acuña besando al niño Dios al lado del nacimiento? Al César, lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. El mensaje navideño, si se da, lo mas laico posible por favor. Ofende a los cristianos la utilización de símbolos religiosos para atraer votos.

Y ojo a las chocolatadas, repartos de regalos, Papa Noeles y otras oportunidades fotográficas para demostrar lo “buenitos” que son. Mejor, dejarlas pasar. Se ven demasiado falsas. Restan.

Candidatos, dense tregua, planteen su campaña y no contaminen la fiesta mas querida del mundo. Es decir, dense la paz y déjennos en paz. Por unos días ¿no? No es mucho pedir.

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