Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

11 noviembre, 2015

Pollitos en fuga: La rebelión del voto preferencial

Los únicos que están militantemente a favor del voto preferencial son los congresistas que están de pleito con sus cúpulas. «Sus hijos», como se hacen llamar, lo van a defender con su sangre sobre el piso del hemiciclo porque saben que las bases de sus partidos o las cúpulas de los mismos (da igual) nunca los van a poner en los primeros puestos de una lista cerrada. De ahí el terror.

El voto preferencial se estreno en el Perú en 1978. Es un sistema extraño para el resto del mundo, pero intentaba reemplazar la falta de democracia interna partidaria con la elección popular. Asimismo, reconociendo la falta de cuadros propios se permite en el Perú que un porcentaje de candidatos sean «invitados», es decir puestos a dedo por la cúpula partidaria. Internamente, a nadie le molesta mucho porque el puesto o numero en la lista es irrelevante dado que el elector vota por 2 candidatos. Al escoger, cambia sus ubicaciones en el resultado final.

Las listas cerradas (que funcionan muy bien en distritos electorales pequeños) son una propuesta del partido al elector. Se vota por partido y punto. En teoría la lista debe proceder – al igual que en el sistema preferencial – de una votación interna, pero si se mantiene la regla del porcentaje de invitados y estos son puestos en los primeros lugares por el Jefe o Jefa del partido, pues mala suerte.

Como hemos explicado antes, desde 1978 a la fecha, el voto preferencial ha destruido a los partidos políticos. Cada elegido – más si es «invitado»- cree que son «sus» votos y no los del partido, de ahí el fenómeno extendido del «transfuguismo». La atomización del Congreso es otra de las consecuencias fatales del sistema, para no recordar la campaña fratricida entre miembros de la misma agrupación política y los millones gastados en publicidad electoral mas que engañosa. La pésima calidad de congresistas que sufrimos es la verdadera «hija» del voto preferencial.

¿Tuvo sus ventajas? Si. Pero con el tiempo transcurrido prefiero agrupaciones homogéneas, con cierta similitud de ideas y disciplina de bancada que estas combis caóticas en que se han convertido las listas parlamentarias.

Ayer debía discutirse en la Comisión de Constitución, por cuarta o quinta vez en este quinquenio, la eliminación del voto preferencial. Es mentira que el tema se haya dejado para ultimo minuto y es mentira que el gobierno y sus aliados tuvieran los votos para derogarlo hace años. El voto preferencial es un cáncer que no distingue organización política. Ninguna tiene unanimidad en el tema.

Sin embargo, ayer parecía que se lograba la aprobación del dictamen para eliminarlo (un pequeño primer paso) luego del proyecto de ley solicitado por la ONPE, RENIEC y JNE. Los votos del partido de gobierno y otros aliados lo podían hacer.

¿Qué hicieron apristas y fujimoristas? !Salieron corriendo para dejar a la Comisión de Constitución sin quorum! Es decir, evitar, por cuarta o quinta vez, que esto llegue al pleno y que todo el Perú sepa quién es quién para no reelegirlo jamás.

Los pollitos en fuga fujimoristas se declararon en rebeldía a su propia Jefa.

Keiko Fujimori ya ordenó – a la bancada que se jacta de ser la mas disciplinada del mismo modo que la de los cuatro apristas – que se derogue el voto preferencial. ¿Qué pasó?  ¡Se le rebelaron! ¿Por qué? Porque de acuerdo a un informe de Marco Sifuentes y Laura Grados para la Revista Poder, «ni Kenji» esta seguro en la lista parlamentaria 2016. Habrá votación interna y todo el amague democrático pero Keiko Fujimori no sólo invitará al 25% de la lista sino que vetará a todo aquel que no calce en su plan de renovación y nueva cara.  Errores que pagó en la campaña pasada, por «desalbertizarse»  a destiempo en la segunda vuelta, ya no los pagará hoy.

Los rebeldes fujimoristas son los que creen que no volverán al Congreso e intentan vencer en elecciones internas a Keiko. Igual, fracasaran. Sería mejor que lo piensen bien y le regalen a país una salida digna del Congreso con un voto preferencial derogado. Alberto Fujimori ya no puede protegerlos como antaño.

Lo más cómico de todo es la defensa de la rebeldía. El argumento de «¿por qué no lo hicieron antes?» no sólo es falso, es infantil. Pero el argumento de Luz Salgado proponiendo que la lista cerrada sólo beneficiaría a Nadine Heredia que iría primera, es ridículo. Primero, porque hoy es difícil que el partido de gobierno pasé la valla del 5% y menos llevando adelante a su figura mas quemada. Segundo porque la propuesta viene de la ONPE, RENIEC, JNE y ahora Transparencia. ¿Ellos conspiran para beneficiar a Heredia? Es un disparate. Pero tercero, y lo mas importante, es que la lista cerrada coloca al número 1 de la lista por Lima al Congreso, en todas las listas que pasen la valla del 5%, y esa número 1  no será nunca Luz Salgado. Eso, ella ya lo sabe.

 

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