Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

11 Noviembre, 2015

¡Mi estimado CTM!

El grito de Mauricio Mulder a Santiago Gastañaudi pudo haber sorprendido a algunos. Es verdad que estos floridos intercambios verbales no se dan frente a una cámara de televisión, pero existen en el día a día en todos los Congresos del mundo, desde que se inventaron. Lo enloquecido es que puede pasarse de ese debate a otro en el que ambos personajes se saludan cordialmente. Esos eran y son los usos de la política parlamentaria.

Los cuchillos, los verdaderos cuchillos, no están en el verbo, están en la acción. Los congresistas aparecen en un tablero de ajedrez en que el objetivo es salvar a su Rey o a su Reina, o a ambos. El asunto es que los Reyes se mueven en otro tablero. Mientras tanto, en el Congreso – donde deberían discutirse leyes de beneficio nacional  – la lucha política se transforma sólo en eso: defensa y ataque, ataque y defensa.

Ante ofensas cruzadas, el piso esta parejo. ¿Es un espectáculo educativo? Ciertamente, no. Pero es parte de la vida política y nadie tiene que alarmarse. Menos conociendo a las personalidades y el temperamento de quienes encarnan los pullazos que vuelan de lado a lado. Finalmente, los votantes de Mauricio Mulder o de Lourdes Alcorta no los escogieron por ser delicadas florecillas. Ahí, nadie puede decir que votó engañado siendo congresistas releectos.

En este ambiente electoral, donde los nervios se tensan de manera en que nadie esta libre de sufrir hasta estragos en su salud, podemos observar varios jugadores con diferentes juegos.

a) Todos los congresistas que quieren reelegirse, sea en su partido, sea en otro. ¿Qué deben hacer de aquí a la primera semana de febrero en que se inscribe la lista parlamentaria? Lucirse. Exhibirse. A como de lugar. Para bien o para mal hasta agarrarte a golpes, puede resultar, para que nadie se olvide a ti. Y aquí hay que recordar que estos aspirantes a la reelección pasan por su hora mas dramática. El cuchillo verdadero es quedar fuera de la lista. ¿Y a quien tienen que impresionar en estos días? A la cúpula, a sus correligionarios y a los votantes. Pero sobretodo, a los dueños de la pelota.

Es decir, tienen que hacer méritos. Si la orden de García o Fujimori es aplanar a Humala. ¿Qué harán para estar en gracia del líder? Todo. Y todo significa todo. Si la orden de Humala o Heredia es ir con todo contra García o Fujimori, ¿Qué harán sus congresistas? Bailar la música que toca bailar, con la mayor energía. Así es la política y nadie debe sorprenderse.

b) Los candidatos presidenciales, que los hay de dos tipos. Los que tienen bancadas y los que no tienen bancadas parlamentarias. Es decir, los nuevos y los viejos. Los que ya estuvieron y los que nunca estuvieron. Y hay que decir que, en estos días, los que ya estuvieron llevan ventaja por lo menos en la cobertura informativa.

Keiko Fujimori, Alan Garcia, Ollanta Humala son de lejos los que tienen mayor cantidad de piezas desplegadas sobre el tablero parlamentario. Incluso algunas, que no siendo de su partido, se están ganando los méritos para ser invitados de los dos primeros. El partido de gobierno, arrinconado, a la defensiva y los otros dos, al ataque feroz. Todos los incentivos están dados para demoler en esta guerra, (absurda ¿verdad?) pero méritos son méritos. El lucimiento de las piezas refleja en el Rey o la Reina, pero no los compromete del todo y si hay excesos, que los habrá, la pieza puede ser descartada. Todos conocen las reglas de este juego.

Los candidatos presidenciales sin bancada en el congreso o con bancada diminuta quedan descolocados. Necesitan colarse al juego planteado por García y secundado por Keiko para hacer de aquí a abril (no va más de esas fechas) apanado del Presidente y su esposa y así lograr lucirse. O abrir otro juego propio y muy rápido. Por ahora, no lo logran en los medios.

¿Esto garantiza resultados electorales? Eso es otra cosa. Pero lo que si es cierto es que lo peor que le puede pasar a un político es ser emuló del “hombre invisible”. Hagas lo que hagas, ¡haz algo!  Y enfrentarse a la esposa del Presidente, desprestigiarla con minucias, investigarla por enésima vez en el Congreso es rendidor, por lo menos da para portada. Y si viene con unos cuantos CTM, mejor. Mucho mejor. Sólo hablaremos de eso por días.

 

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