Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

24 Agosto, 2015

No habido

Esta mañana me llamó la aguerrida periodista ayacuchana Rosario Romani para recordarme que el Gobernador Regional de Ayacucho, Wilfredo Oscorima Núñez, sigue prófugo de la justicia. Condenado a 5 años y 4 meses por negociación incompatible el “no habido” se da el lujo hasta de presentar un certificado médico el 17 de julio, como quien pasea por el centro médico y no pasa nada. Ayer sus partidarios celebraban que logró que prescribiera otro latrocinio conocido como el “Caso Tractores” librándose de toda responsabilidad.

Es verdad que Alberto Venero, testaferro de Montesinos, ha sido recapturado y que el Coronel retirado Jesús Zamudio finalmente, luego de casi 15 años, esta en manos de la justicia para responder por el asesinato del terrorista “Tito” dentro de la Embajada del Japón en 1997. También es un éxito tener capturado a Rodolfo Orellana (sometido a un duro régimen disciplinario por infringir las disposiciones penitenciarias) y a Martín Belaúnde Lossio, luego de su cinematográfica huida a través de Bolivia, aunque ahí el merito es 100% de la policía boliviana.

Pero faltan muchos más. De los casos recientes, el ex Vice Presidente de Confiep y Presidente de Capeco,  Leilo Balarezo, condenado a 5 años de prisión por defraudación tributaria. Y tal vez el caso más escandaloso, el de Gerald Oropeza, con mandato de detención preventiva para ser investigado por narcotráfico, lavado de activos, usurpación, sicariato y homicidio sólo para señalar las imputaciones mas graves.

El caso Oropeza (ex militante aprista como toda su familia directa) tiene como agravante el asesinato entre bandas rivales, luego del atentado contra su vida, que fue el que destapó sus actividades. Conocido como “Tony Montana”, su madre – ex candidata al Congreso por el partido aprista – señaló en la puerta del Parlamento que lo tenía bien escondido. ¿Y nadie hace nada? El reguero de muertos que ha dejado su desaparición no es poca cosa. Algunas capturas se han hecho, es verdad, pero no se logra dar con el cabecilla. Y aún falta explicar todas las contrataciones con el Estado durante el régimen aprista a través de sus compañías de limpieza.

La experiencia indica que conforme los meses y años pasan el caso sale de la atención pública y el sujeto escondido, dentro o fuera del Perú, puede esperar a que prescriba su pena, si fue condenado, o que prescriba la persecución del delito, si nunca lo fue.

A veces, los “no habidos” están perfectamente ubicados en otro país, felices y contentos por que, por ejemplo Japón y Suiza jamás extraditan a sus nacionales. Tal es el caso de las tías de Keiko Fujimori, Juana y Rosa o la de su tío por afinidad, Victor Arotimi. También el caso de Ernesto Schütz en Suiza, quien no volverá al Perú (y aparentemente no requiere hacerlo) jamás. Estas personas realizan actividades económicas, socializan, y se comportan como cualquier local en libertad. ¿Ha habido siquiera el esfuerzo de extraditarlos? No. Todo el esfuerzo en Japón se concentró en Alberto Fujimori y nada se consiguió. Si no hubiera regresado vía Chile, estaría comiendo con sus hermanas en Tokio.

Es como resultado de las investigaciones anticorrupción sobre el gobierno de Fujimori que se mantiene la mas larga lista de “no habidos” vinculados al mismo gobierno, cuyo paradero es desconocido y podrían no gozar de ninguna protección frente a la extradición. Poco es el esfuerzo que se ha hecho para ubicarlos. El olvido, la falta de interés mediático y por ende policial, juegan a su favor. Pero es verdad, que desde hace años no hay un impulso proactivo desde la procuraduría para traer a estas personas al Perú a cumplir sus sentencias o a someterse a proceso.

Finalmente, también el ex Presidente García fue declarado reo contumaz en los noventas. Pidió asilo político en Colombia para luego instalarse cómodamente en Paris. A pesar del contundente testimonio de Sergio Siragusa sobre las coimas pagadas por el tren eléctrico, el tiempo – como a todos los “no habidos” – lo ayudó. Los delitos contra la administración pública no tienen plazos largos y prescribieron.

La situación no sólo es injusta para la sociedad. Lo es para todos aquellos procesados y sentenciados que, aceptando  o no su responsabilidad, se han sometido a juicio y cumplido sus condenas. Esas personas, nos guste o no, están rehabilitadas ante la ley. Las “no habidas” nunca lo estarán.

Termino por donde empecé. Póngale empeño señor Ministro del Interior Luis Peréz Guadalupe. Por lo menos a los últimos “no habidos” atrápelos antes de irse. No puede ser tan difícil. Si la policía quiere, siempre puede.

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