Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

23 Agosto, 2015

Triunfos jurídicos y fracasos políticos

La aparición de 4 libretas – que, sumadas, no tienen más de 20 páginas llenas – ha vuelto a sembrar dudas sobre la honorabilidad de Nadine Heredia y su esposo, el Presidente. Aunque se cuidan de que el ataque no sea directo contra él, es obvio que atacándola a ella, el desprestigio será compartido. Haces meses que los números en las encuestas registran el fenómeno.

Desde que en febrero se volvió a tratar de investigar, por segunda vez, a Nadine Heredia por el delito de lavado de activos, mucha agua ha corrido. Pero su opción, desde el principio hasta hoy fue la misma: la defensa es jurídica. Es decir, se hace ante jueces y fiscales, no ante la sociedad, ni quisiera frente al Congreso.

En el plano jurídico, Nadine Heredia ha obtenido un triunfo. El habeas corpus que su defensa planteó impide que se le vuelva a investigar en el periodo 2006 – 2009 porque ya pasó por ese trámite y la investigación se archivó dos veces el 2010. La decisión de poder judicial se ajusta a derecho y un resultado favorable era previsible.

En el plano político es donde a los Humala les va pésimo. Defenderse a través de abogados, no dar explicaciones públicas o darlas a cuenta gotas de forma enrevesada es un desastre para un político. Aunque suena a cliché el público espera el ya manido “soy el primer interesado”, “un Presidente no tiene vida privada”, “revisen todo por favor, no hay nada que ocultar” aun cuando se mande en paralelo al batallón de abogados. ¿No fue esa la estrategia de Alan García frente a la Mega Comisión?

Por eso, tal vez, la acción de amparo de Nadine Heredia no prosperó. La Comisión investigadora sobre los actos ilícitos de Martín Belaúnde Lossio es una entidad política. La única manera de detener su acción es por violaciones al debido proceso, lo que en este caso (a diferencia de García) no se concedió. La Comisión ya debe tener toda la información sobre las cuentas bancarias de Nadine Heredia. Puede solicitar que se le investigue por enriquecimiento ilícito, si hay mérito, o por el delito que quieran. Cabe anotar que esta es una forma encubierta de violar la Constitución porque el Presidente no puede ser acusado y es él el que se beneficia de los ingresos de su esposa a pesar de tener patrimonios separados.

Sin embargo, el documento producido por la Comisión Investigadora no tiene ninguna fuerza vinculante para el sistema judicial. Sólo sirve para desprestigiar a terceros y hacer un recuento de las ya conocidas pillerías de Belaúnde Lossio y su círculo. Pillerías que ya están judicializas. Remitido a Fiscalía, esta puede archivar el informe. Si hay una acusación que recomienda acusar a Heredia por lavado de activos en el periodo 2006-2009 sólo procederá si se aportan nuevos hechos y pruebas desconocidas hasta hoy. Eso, salvo las libretas, no es hasta ahora, conocido.

¿Qué quedan de la conexión venezolana, el dinero de la minería informal, las consultorías de favor, la caja de seguridad de la tía prestamista, la amiga con tarjeta de crédito, los gastos frívolos? Poco o nada en lo jurídico. ¿En lo político? Una pareja presidencial demolida, que no ha sabido defenderse de ataques premeditados.

¿Por qué Nadine Heredia es el objetivo? Por el terror de Alan García a que a último minuto sea candidata presidencial. El político que inventó y machaco por 3 años las frase “reelección conyugal” o “cajero de palacio” – en referencia a Belaúnde Lossio – tenía que liquidar toda posibilidad, por remota que fuera, de esta postulación. Lo ha logrado, pese a las negativas tardías de que tal posibilidad existiera.

Lo que si queda pendiente es la vulnerabilidad del domicilio privado del Presidente. ¿Cualquiera puede entra y vaciarse el closet de la señora para tomarle fotos a su ropa? Hay que ser un enfermo o un delincuente para hacer algo así. ¿Quién cuida al Presidente? ¿Dónde ésta inteligencia? Todo muy podrido como para pasarlo por alto.

 Columna Publicada En La República, Domingo 23 de Agosto del 2015

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