Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

27 Mayo, 2015

La “refuga” del fugado

Se que los colegas están molestos conmigo. Varios periodistas me lo han hecho saber con sutileza y otros con puñaladas tuiteras que no acertaron en el blanco. Les estoy reventando la vida a todos y no tengo empleador para que me despidan. Pero ¿qué quieren que haga? Justamente porque no tengo nada que vender, puedo hablar con mas libertad.

No voy a Palacio de Gobierno desde hace varios meses. Y entre la última vez que fui y la anterior, habían pasado meses también. ¿Para que podría ir hoy una periodista desempleada? Lo que si me sucede es que es mas fácil cotejar la versión oficial (finalmente hay contra que y quién hacerlo) que creer, en un acto de fe ciega, en la versión especulativa vendedora pero falsa. Eso es todo.

El chisme “no alimenta pero entretiene”. Es mucho mas divertido creer que Martín Belaunde Lossio es amante de Nadine o de una periodista o varias periodistas. ¿Lo puedo probar? No. No tengo ni una fotito. Ni una cartita de amor. ¿Qué puedo decir a quien me dice que el fugado corre por venganza del esposo – Presidente? Reírme pues. ¿Voy a hacer noticia con eso? No. No puedo afirmar lo que no puedo probar.

Antes no era tan difícil estar de acuerdo al menos en eso ¿no?. Parece que esos tiempos ya pasaron. Espero su regreso.

Pero vamos a la mas divertida historia del secuestro en piyama. Nada supera al secuestro del ex Presidente Toledo en el Melody pero éste entra en competencia.

Anoche llamó Martín Belaúnde Lossio por teléfono al programa de Milagros Leiva (felicitaciones por la primicia) a contar un cuento escalofriante. El pobre hombre en su cama y en piyama había sido secuestrado por dos sujetos que le taparon la boca, lo sedaron y lo sacaron de una casa repleta de gente sin que nadie se diera cuenta.

Es decir, ni San Pedro, cuando el ángel de Dios lo sacó de la cárcel haciendo dormir profundamente a todos los guardias. Dos hombres, que además deben ser del porte de Rambo para cargar con el peso muerto del fugado, que tampoco tiene cuerpo de bailarina ¿no?.

Bueno, ¿cómo íbamos?. Resulta que sedado, se despierta y se da cuenta que están camino Al Alto (¿por la autopista, supongo? no lo se) y decide arrojarse del vehículo en marcha sin que los fortachones muchachos que lo habían cargado de su cama al carro pudieran hacer nada. Nada de nada. Ni seguirlo. Él – dice- corrió herido en piyama – es decir, semi calato a menos de no se cuantos grados centígrados – por la madrugada altiplánica a buscar refugio. ¿Donde? No sabemos.

¿Fue a un hospital, clínica, posta o farmacia? No. ¿Llamó a sus propios custodios para que lo recojan en la madrugada helada paceña? No. ¿Llamó a sus familiares bolivianos a decirles que estaba bien, sano y salvo, luego de esta espantosa experiencia? No. ¿Pidió auxilio inmediato luego de su heroica huida? No.

Esto fue de sábado para domingo. Paso el domingo, pasó el lunes, pasó el martes. Y en la noche del martes, !recién se acordó de pedir ayuda! !Auxilio fui secuestrado hace 3 días y me acabó de dar cuenta que estoy en libertad!

Habrá que agregar que las autoridades bolivianas ya habían metido a la cárcel, a los custodios, a la familia y hasta al abogado. La fuga, que eso es lo que fue, salió mal. No había forma de sacarlo de Bolivia sin una red de contactos y, con inteligencia policial, la red estaba presa.

Esa es la verdad y no otra. ¿Y este idiota cree que le van a restituir su calidad de extraditable? La policía boliviana esta remecida y están cerca de encontrarlo, nuevamente, y ponerlo en su piyamita en Desaguadero, con una frazada misericordiosa, ahora si expulsado, porque quien se fuga en un proceso de extradición, se fuga en juicio y ya no tiene las garantías de procesado que tuvo y uso en sendas acciones en todas las instancias posibles.

El fugado, y vuelto a fugar, ha sido vencido en juicio. Así “usamos decir” los abogados. Vencido, en todas las instancias. En las administrativas y en las judiciales, (¡que son diferentes!) Sabía que le quedaban pocos días en Bolivia y los cuentos se acababan. ¿Cómo no va a ser eso un triunfo para la defensa del Estado peruano y una derrota para el doblemente fugado?

Que lo chapen de una vez. Y que los que creen que viene a cantar, como han anunciado tantas veces, que lo esperen en Desaguadero con mas mantitas para arroparlo.

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