Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

18 Mayo, 2015

La corrupción nuestra de Cada Día: El Ministerio Público

El Fiscal de la Nación, Carlos Ramos Heredia, fue destituido de su cargo por el Consejo Nacional de la Magistratura. Nunca en la historia del Perú sucedió un hecho igual.

La noticia es penosa y esperanzadora a la vez. Penosa, porque es una vergüenza que la cabeza de una institución que debe ser sinónimo de rectitud sea expulsada por su favorecimiento en los casos vinculados al procesado ex Presidente Regional César Álvarez. Pero esperanzadora porque demuestra que el sistema de limpieza interna si puede funcionar si se ajusta correctamente. Esa, es ahora la gran ilusión en el complejo sistema de administración de justicia.

La administración de justicia no recae en una sola institución. Para garantizar los derechos de las personas, sobretodo en materia penal, el poder de juzgar se encuentra dividido. Tiene sus propios pesos y contrapesos internos. Si éste se administra rectamente, el procesado no podrá alegar que ha sido “ajusticiado” en lugar de juzgado. De ahí la importancia central del Ministerio Público o Fiscalía.

En las causas penales (en las que no son de acción privada) el titular de la acción penal es el fiscal. ¿Esto que quiere decir? Quiere decir que el solo fiscal, luego de dirigir la investigación policial, debe decidir si acusa o no acusa penalmente. Ese primer acto decisorio se ha convertido en la primera puerta, y tal vez la mas grande, de la corrupción en el sistema de administración de justicia. ¿Por que? porque el archivamiento de una causa vale oro. Aún cuando exista apelación (y doble pago, tal vez) estas causas mueren ahí. Nunca llegan al Poder Judicial. No se puede culpar a los jueces de corrupción si el filtro que funciona como un corcho esta en el Ministerio Público.

¿Casos recientes? ¿Quien puede olvidar los casos de Alan García o Alejandro Toledo por enriquecimiento ilícito archivados por el Fiscal de la Nación Peláez Bardales en tiempo record y con una investigación parcial y desprolija? Si esa es la cabeza, ¿Por qué nos extraña que los amigos de Gerald Oropeza capturados el año pasado por la policía con armas y droga fueran soltados por un fiscal en 24 horas?. Si la cabeza se pudre, están podridos los pies. Eso es elemental en la lucha contra la corrupción.

Si el Fiscal Pablo Sánchez es elegido Fiscal de la Nación tendrá por delante un trabajo de filigrana. Denunciar al CNM a quien haya que denunciar y consolidar un sistema que, efectivamente, no permita acusaciones a inocentes o persecuciones políticas que se extienden por 2, 3 o 4 años de “investigación” en fiscalía (otra forma de sacar plata) y que, por el contrario, con valor y audacia trámite con celeridad las acusaciones de cientos de personas, tal vez miles, que si generan un grave daño a la sociedad.

El otro lado de la corrupción es el miedo. Solo por poner un ejemplo actual, ¿por que el Ministerio Público no actúa con eficacia en Islay o en la misma ciudad de Arequipa? ¿Qué miedos los inmovilizan? La omisión en el deber es también una forma de corrupción, en este caso gravísima porque acentúa la desaparición del Estado de derecho. El Ministerio Público es el gran culpable de impunidad en las protestas violentas y delictivas. Como nunca llega a acusar a nadie, los movilizados (desde bandas de “construcción civil” hasta los “Espartambos” del Valle del Tambo) tienen la seguridad de la dirigencia que nada les pasará. Se les asegura que pueden matar hasta a policías porque esos crímenes siempre quedan impunes y lo importante es provocar y causar muertes de civiles, que también, quedaran sin investigar.

La esperanza es lo último que se pierde. Veremos mas destituciones y un nuevo Fiscal de la Nación, eso es inevitable. Falta ver si veremos en poco tiempo un Ministerio Público despolitizado, desinfiltrado por el narcotráfico y el crimen organizado, libre y valiente para perseguir y denunciar el delito en todos los rincones del Perú. Porque donde hay un fiscal persiguiendo delincuentes, hay Estado. Donde no éste, estará la justicia por mano propia, la impunidad o el linchamiento.

Foto: El Comercio

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