Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

11 Mayo, 2015

Una historia del Fonavi

Sucedió hace muchos años, tal vez el 2001 o el 2002. Yo trabajaba entonces conduciendo un programa político nocturno en Antena 3 (ya no existe en el Perú, vendió y se convirtió en Plus TV y otros canales de cable de Movistar) y Martha Huapaya, Martita para todos, era nuestra maquilladora cama adentro, mil oficios y todo servicio.

Martita no era joven. Ya era una mujer mayor pero debía trabajar porque mantenía a un esposo muy enfermo en ese entonces. Muy cumplida, diligente, excelente maquilladora, se hacia querer por todos. Pero entre ojo y ojo maquillado ella me contaba sus historias.

Como cuando vino Genero Delegado Parker y me contó con una furia contenida – ella era muy dulce y suave – que en uno de los canales de ese señor (creo que era lo que hoy es Global) la habían liquidado poniendo sobre la mesa una cantidad en efectivo muchísimo menor de lo que le debían y haciéndola firmar un recibo por el monto completo. Incapaz de defenderse, tomo el dinero. Ella, y otros colegas ese día, inspiraron una de las mas recordadas entrevistas de las varias que le hice a don Genaro.

Por eso, cuando un día Martita vino a contarme que le iban a devolver el Fonavi me asuste. El olor a estafa a personas necesitadas era evidente. Le dije, que el Fonavi fue un tributo y los tributos no se devuelven años de años después. No me creyó, pero le preocupó que le dijera que podía ser una estafa.
¿Cuánta plata te han sacado en esta Asociación? Si mal no recuerdo, han pasado casi 15 años, eran 20 soles. !20 soles! recuerdo haber exclamado sabiendo que para Martha eso era plata necesaria para otras urgencias.

Y luego saque una calculadora y le explique. “¿20 soles no? ¿Y dices que son 100,000 asociados? Ya pues son 2 millones de soles. !Martha le acabas de comprar la casa a alguien! Ni un centavo mas a esa asociación”.

Ella estaba totalmente sorprendida de haber caído en un juego tan obvio. Pero como ella, miles cayeron. La rendición de cuentas a los “asociados”, no fue en los años que pasaron muy clara. Lo cierto es que además de convertirse en partido político la Asociación de Fonavistas logró un acto de alquimia jurídica sin precedentes. El Tribunal Constitucional declaró que el Fonavi no era un tributo. Y de esa forma pasaron a referéndum lo que esta constitucionalmente prohibido: una consulta popular sobre si quieres o no que te devuelvan un tributo. Obviamente, ganaron.

A lo largo de los años no se cuanto habrá puesto Martita. Espero que me hiciera caso y no pusiera ni cuotas ordinarias ni extraordinarias, ni nada. Tampoco, como en los últimos días, que le piquen otros 20 soles para un carnet que no sirve para nada. ¿Serán los 1400 soles,que como tope devuelve el Estado hoy, mas o menos lo que la asociación le sacó a los jubilados a lo largo de 15 años? Nadie ha hecho las cuentas, pero deberían. ¿Y si la lavada resultó mas cara que la camisa?

Por supuesto, ahora les pueden contar otros cuentos. Que les conseguirán mas dinero. Que habrá un segundo, o un tercer pago. Lo que sea. Y caerán muchos, otra vez.

Sólo una aclaración final que he hecho varias veces. Lo primero que te enseñan en Derecho Tributario I es que los tributos se dividen en tres: Impuestos, contribuciones y tasas. Los impuestos tienen un destino general e indeterminado, las contribuciones tienen un destino general pero determinado y las tasas tienen un destino específico.

Lo que hoy es Essalud u ONP y lo que entonces era la contribución al Fonavi son eso: contribuciones, por tanto tributos. Es decir, pagas por un servicio que eventualmente nunca llegues a recibir, pero otros, si. Que un Tribunal convierta algo en lo que no es, no cambia nada conceptualmente. Sólo da un poco de vergüenza, nada mas.

¿Habrá cobrado algo Martita? Ojala que si. Le perdí el rastro hace años, pero espero de todo corazón que no la hayan estafado. Otra vez, no.

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