Golpe al golpe
El presidente Vizcarra fue destituido el lunes. Los que creen que este asalto al poder ejecutivo no es un golpe de Estado son los mismos que decían que disolver el Congreso lo era. Como podrá apreciarse, no es la correcta interpretación de la Constitución la que pesa cuando la vocación golpista emerge. Uso la palabra destitución con intención. El Congreso alegó que los posibles delitos del presidente eran la causa de su salida. Pero resulta que, si de delitos se trata, solo puede destituirse por cuatro de ellos y finalizado el proceso judicial. Eso lo dice con claridad el artículo 113, inciso 5. Es tan claro, que el artículo 114 admite una suspensión temporal de la función presidencial para atender el proceso judicial por estos mismos delitos. ¿Y cuáles son esos cuatro delitos que merecen acusación? Los que están en el articulo 117. Ningún otro. Como es obvio, no existe destitución por una investigación preliminar por un supuesto soborno.
La vacancia por permanente incapacidad moral o física se refiere a la incompetencia o falta de habilidad para poder gobernar. Es un hecho, no una sanción. No se requiere mas que leer tres artículos de la Constitución para entender que ninguna democracia presidencial puede admitir que se derroque al presidente elegido por el pueblo, solo porque tienes 87 votos. Para los desinformados que insisten en el “impeachment”, esa figura no existe en nuestro sistema. Y francamente, la comparación de ese proceso con lo sucedido el lunes es como comparar un juicio popular del MRTA con una sentencia de la Corte de la Haya.
Un “presidente” monosilábico, sin reconocimiento internacional, sostenido por los intereses particulares de investigados por corrupción, solo podía convocar un gabinete parido en una fantasmal “Coordinadora Republicana” que presenta lo mas rancio de la derecha bruta y achorada limeña. A los operadores de Acción Popular, Víctor Andrés García Belaunde y Raúl Diez Canseco, los verdaderos titiriteros, les fue fácil convencer a Acuña. Luna, Antauro y los suyos estuvieron siempre adentro. Manipular al Frepap, Somos Perú y Frente Amplio fue pan comido. Con disimulo, pero siempre golpistas, Keiko Fujimori puso lo suyo.
Tres problemas se les presentaron a estos aprendices de Pinky y Cerebro. El gabinete les salió muy de derecha, muy bruta y muy achorada. Los socios de la conquista no están viendo que vengan las promesas de la conspiración. No hay ministerios, no hay licencias universitarias, no hay indulto a Antauro y no hay asalto al presupuesto público.
El segundo problema es el Tribunal Constitucional. No les dio el tiempo para controlarlo y las maniobras de la Ministra de Justicia han sido puestas en evidencia. Luego de la audiencia de este miércoles, los golpistas pueden terminar bien golpeados. Si se declara nulo y sin eficacia jurídica todo lo actuado, en relación al uso arbitrario de la frase “incapacidad moral”, desde la excusa estrafalaria de Swing hasta hoy, no solo pierden la presidencia. Pueden perder más.
El tercer problema es que jamás calcularon una impresionante calle levantada. Tal vez previeron la protesta, pero no su extraordinaria magnitud. El país no ha visto nunca que, desde todas las provincias, desde los mas ricos hasta los mas humildes barrios, protesten por lo que se lee en los términos más simples: estamos hartos de un grupo de sinvergüenzas que abusa del poder. Indignación que le levanta sobre 80,000 muertos por Covid y los bolsillos vacíos. Millones de jóvenes movilizados en Instagram y Tik Tok es algo inmanejable para la antigüedad mental de Merino y sus cómplices.
¿Qué sigue? Los golpistas aman la represión y la habrá. No hay que temerla, hay que documentarla y denunciarla. Los golpistas aman la concentración del poder y la habrá. Un asalto al fisco, a la reforma universitaria y a la libertad de expresión está en marcha. Los golpistas no dan un golpe por ocho meses de poder. Se van a robar las elecciones, no lo duden.
La suerte del país está en manos de pocos en el TC y de millones en las calles. Vamos, con fe y acción, a recuperar la democracia.
Columna publicada el 15 de noviembre del año 2020 en el diario La República
ningun presidente debe estar en el poder si tiene un delito o error por que manejar un pais no es hacer practicas profesionales las empresas privadas si el empleador comete un error lo botan asi de simple