La Reforma Política
Presentación del Libro de Fernando Tuesta el 4 de mayo del 2023 en la Librería El Virrey
Mi primer recuerdo de Fernando Tuesta está asociado a una noche electoral. En las fraudulentas elecciones del año 2000 compartimos una mesa de debate en la primera vuelta, en las primeras instalaciones de Canal N, muy cerca de aquí. No salían ni los primeros resultados. Muy tarde, después de las 10 pm, apareció el inefable Portillo leyendo mesa por mesa de Chucuito. Era una estafa y así recuerdo que lo dijimos. Desde ese entonces hasta hoy, hay un largo camino en el que lo vengo siguiendo. No solo lo he entrevistado muchas veces. Lo he leído siempre, por lo que la compilación ordenada de sus escritos (columnas y algo más) no es nueva para mí, aunque confieso que recordar ciertos episodios ha sido una verdadera sorpresa. Sobre todo, los más antiguos.
Fernando ha optado por dividir la obra en 7 temas, y en cada uno de ellos agrupa una selección de un universo mayor de columnas que van desde el año 1986 (la más antigua que encontré) hasta el 2023. Hay, sin embargo, un significativo hueco en el tiempo. Las columnas se detienen el 2000 y se retoman el 2004. ¿Qué pasó? La Jefatura de la ONPE lo alejó de la publicación periódica, mas no del ejercicio de proponer reformas, tarea que hizo en el Congreso 2001 -2006.
Este libro acompaña una cierta evolución en la solución propuesta a algunos temas, como es lógico, en el transcurrir de los años y al cambiar los escenarios. Pero lo que es más interesante, y no deja de sorprender, es que el germen de inmensos debates futuros, al menos como problema detectado, está en escritos muy tempranos. Por eso, a 25 años o 20 años de haber sido publicados estos textos, resultan tremendamente frescos. Las soluciones no son idénticas, pero si la alarma por lo que inevitablemente ocurrió.
Usemos un ejemplo. En el Primer Capítulo, “Momentos Claves de la Reforma Política”, en un temprano texto del 2 de octubre del año 2000, se defiende elevar el número de congresistas a 180 para “colocar al legislativo en el tamaño que corresponde a la población del país”. Un tema, el aumento del número de congresistas tremendamente impopular, colocado en la agenda hace 23 años. El tema del tamaño de Congreso versus numero de electores ha sido recurrente en toda la bibliografía posterior de Fernando y también en este libro. Pero no solo eso, la eliminación del voto preferencial, “para fortalecer partidos” esta también en este primer texto (no aún las PASO, eso vendrá después). Y no podría faltar una vieja propuesta que hemos compartido: que se elija el congreso en segunda vuelta. Tres tesis que han sido consistentes a lo largo de este libro y de todos los años que han esperado, sin reforma hasta hoy.
Este primer capítulo me recuerda al poema de Borges sobre Buenos Aires, “y la ciudad, ahora, es como un plano de mis humillaciones y fracasos, desde esa puerta he visto los ocasos y ante ese mármol he aguardado en vano”. Vamos del 2012, al 2015, al 2017, a la Comisión de Reforma del 2019, a los intentos siempre parciales e insuficientes que a veces se quedan en la reforma electoral mas tímida y nunca avanzan en la reforma política, una entidad mayor que, como recuerda Fernando varias veces, contiene a la primera. La frustración del 2019, su deformación y su tergiversación mediática, también están aquí. Y la bicameralidad, “la madre de todas las reformas” que nunca llega.
El segundo capítulo (son 7) agrupa los textos sobre el Sistema de Partidos. Los primeros, referidos a lo que fue un escandalo en 1999 y hoy nos parece moneda corriente: el transfuguismo. Una expresión temprana de la absoluta debilidad de los partidos políticos. Fernando avanza sobre lo que hoy si es una de sus victorias: la eliminación de las firmas de adherentes como requisito para la inscripción de partidos. Propuesta, esa al menos, que si fue recogida en la reforma del 2019 y que él presenta ya en varios textos anteriores contenidos en este libro. La demanda por una existencia real de los partidos con militancias activas; la denuncia del caudillismo (herencia del fujimorismo); la participación obligatoria de la ONPE en elecciones internas; la falsa representación de los partidos nacionales; la valla del 5% y la trampa de las alianzas electorales para evadirla (esa también una reforma lograda); los vientres de alquiler: la defensa de las elecciones internas abiertas y finalmente, las PASO (esa reforma que esta y no está) en pandemia. Todo esto va en el capítulo 2.
El tercer capítulo entra de lleno al sistema electoral, que es solo un aspecto de la reforma pero que se suele confundir con la reforma política. Hay un largo desarrollo para virar del distrito único nacional, al distrito múltiple. El primer texto es de 1995. Encontramos también aquí un inicial defensa de las cuotas femeninas un poco tímida (veamos cómo nos va, dice a fines de los noventa) hasta su defensa plena; el problema del voto de los peruanos en el extranjero y su pobre representación; un cuestionamiento a la segunda vuelta electoral (que yo había olvidado) por su mala copia de la francesa, que al desligarse de la elección parlamentaria, genera una tendencia a favorecer la proliferación de partidos, el obstruccionismo o el hiperpresidencialismo. Por eso, la insistencia en modificar la fecha de la elección del Congreso a la segunda vuelta, si esta se mantiene. El número bajísimo de representantes para la circunscripción de Lima y para todo el parlamento, y como siempre, un alegato permanente contra el voto preferencial que termina el capitulo con “10 razones” para eliminarlo, texto ya del año 2020.
El cuarto capitulo, Sistema de Gobierno, aborda ya lo que conocemos propiamente como Reforma Política. El diseño institucional que opta entre sistema de gobierno parlamentario o uno presidencial, con todos los grises que hay entre los dos sistemas, digamos que en estado puro. En este capítulo se aborda, en primer término, al Ejecutivo. Aquí, el texto más antiguo de 1986 nos recuerda a un entusiasmado Luis Alva Castro proponiendo la reelección presidencial, nada menos que de Alan García. Toda una revelación. Luego la reelección aparece como una realidad que recorre América Latina en un texto de 1993 y advierte las futuras reelecciones de Fujimori. Las broncas entre poderes que se inauguran con el gobierno de PPK con el uso y abuso de instituciones como la censura, institución que también es abordada en el tumultuoso año 2017 y termina con la caída del presidente el 2018, imposibilitado de gobernar por nuestro inadecuado diseño constitucional que condena a los presidentes sin mayoría parlamentaria, a terminar prematuramente su mandato.
En este mismo capitulo se aborda la crisis de caídas presidenciales, PPK-Vizcarra, Castillo – Boluarte y sus insuficientes salidas constitucionales. El problema de mezclar “lo peor de dos mundos”, del presidencialismo y el parlamentarismo sin generar mecanismos de solución de conflictos entre poderes del Estado. La vacancia y la cuestión de confianza como mecanismo de ruptura están seriamente cuestionados en estas páginas. También el voto de Investidura. “El tornillo y la tuerca” que son de diferentes dimensiones y que no pueden trabajar juntas. Al principio, la advertencia contra el uso de la vacancia presidencial por incapacidad moral permanente como puerta abierta para cualquiera que junte 87 votos y el pedido de su eliminación ya en el 2021. Abrir otras causales de remoción es el camino, señala Fernando. Una modificación del artículo 117 que aún no llega.
Hay otras ideas aquí: la insistencia de proyectos observados por el Ejecutivo, debe ser aprobada con dos tercios de votación. Un derecho de semi veto que tiene la institución presidencial, y aquí nunca se consideró. También, más recientemente, se aborda la propuesta del adelanto de elecciones, durante y después de Castillo, con sus límites y mucha cautela.
En el quinto Capítulo, se trata la reforma del Parlamento. Tan temprano como en 1995 se discute la figura de la inmunidad parlamentaria que, finalmente, con mil y una dificultades, narradas en varias columnas, fue modificada en el año 2020. Pero es la bicameralidad, el tema central de estos escritos. Retornar a ella, una propuesta consistente en el tiempo. Y no es solo contar con dos cámaras, sino insistir en la baja representatividad que tiene un Congreso con solo 130 congresistas, hoy con 25 millones de electores. Sobre las elecciones a mitad de periodo para renovar el Congreso, la respuesta es sí, pero siempre que se elimine el voto preferencial y se modifiquen las normas de inscripción de partidos. Esto, enunciado el 2009 fue parte de la reforma del 2018. Se añade en este capitulo una propuesta a la que ya me he referido: modificar la fecha de la elección parlamentaria a la segunda vuelta electoral. Tempranamente, en el 2016 Fernando se opone a prohibir la reelección de alcaldes y Gobernadores, como se opuso años después, en el referéndum del 2018, a que se haga lo mismo con congresistas. Como pasa en otros casos, las propuestas técnicas suelen ser impopulares.
El sexto capitulo trata sobre uno de los pocos temas en que la reforma legislativa si ha cambiado una realidad: el financiamiento de la política. Consideremos que la primera columna es de 1990 y que recién en la Ley de Partidos Políticos del 2003 se legisla por primera vez sobre financiamiento. Sin embargo, la lejana pregunta de 1990, “¿Quién financia a los partidos políticos?, resuena hoy con una tremenda actualidad. Desde el principio Fernando aboga por un piso parejo, con espacios públicos iguales en la propaganda en televisión, hasta insistir en el financiamiento público que hoy es una realidad. Luego aboga por los múltiples limites que se han impuesto al financiamiento privado, básicamente transparencia y topes. El caso Lava Jato entra a este libro, por esta puerta. El escandalo del financiamiento oscuro desde las agendas de Nadine hasta los cocteles de Keiko. Odebrecht y Barata son aquí protagonistas de un drama anticipado años antes, donde como bien advierte Fernando, “no existe la filantropía”. Pese a las reformas qué si se han hecho, aquí se advierte que la supervisión será una tarea muy difícil. No solo de las donaciones privadas de personas naturales (las únicas permitidas y con tope) sino del uso del financiamiento público para la vida de los partidos en gastos de dudosa calidad.
El séptimo y último capítulo, “Mecanismos de Democracia Directa” recoge las columnas de la que es una reforma exitosa (porque las ha habido). Fernando fue una voz importante para terminar con el abuso extendido de la figura de la revocatoria de autoridades municipales y regionales. Un mecanismo de venganza política, con escasos resultados (al 2012, un alcalde provincial y 70 distritales) realizado en 8 ocasiones, con un costo alto, no solo económico sino también político. Cuando la revocatoria llegó a Lima, el 2013, como tantas otras veces en la política peruana, finalmente se reformó la institución, acotándola con mayorías y plazos. Por eso todas las columnas sobre este tema son del 2013. Cierra el libro con la institución del Referéndum recordando las propuestas y resultados del 2018, que hoy parece ya tan lejano.
Libro de consulta, diario de un politólogo, novela histórica de la política peruana, pueden leerla como quieran. El formato de divulgación es amable con el lector paciente. Aquí hay ideas, ¡que refrescante es debatir ideas en el Perú de hoy y no personas! Ideas con argumentación que se va decantando con el paso del tiempo. Ideas que afinan en soluciones, que miran al mundo todo el tiempo, para comparar y extraer experiencia urgente y valiosa para un proceso que esta muy lejos de acabar.
Del 2018 a hoy, seis años, seis presidentes han ocupado el poder. Ese dato debería bastar para hacer de la lectura de este libro, un camino de salida que urge.
Muchas Gracias
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