Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

8 marzo, 2022

Cleptocracia

El DRAE define la cleptocracia como el “sistema de gobierno en el que prima el interés por el enriquecimiento propio a costa de los bienes públicos”. Por su etimología “clepto” quiere decir robo, y “cracia” gobierno. El “gobierno de los ladrones” puede ser una definición más vulgar, pero más precisa. ¿Qué define este sistema de gobierno? Una corrupción institucionalizada que abarca múltiples esferas del poder, la obscuridad en las acciones de gobierno y la absoluta impunidad dado que los sistemas de control administrativo, penal y político están atravesados de la misma corrupción. Es no solo el robo, sino también el clientelismo, el nepotismo y la coima de cada día sustituyendo a la ley y el orden.

¿Esta es la mejor definición del actual gobierno del Perú? Nadie puede negar que hay vastos sectores sanos de la sociedad que se negarían a ser gobernados en estos términos y miles de servidores públicos dando pelea desde adentro para evitar caer en la descripción del primer párrafo, pero siendo honestos, últimamente son muchas más sus derrotas que sus triunfos. Cuando un país tiene el 80% de su PEA trabajando en la informalidad, vivir al margen del Estado no es la excepción, es la norma. Cuando un país no puede procesar con celeridad casos emblemáticos de corrupción, la impunidad parece reinar. Cuando un país transa con el “roba pero hace obra” el sistema ya no es corrupto, sino que la corrupción es el sistema. Se lo comió todo en el camino.

Lo que vendió Pedro Castillo al electorado durante la campaña fue su imagen honesta frente a una procesada Keiko Fujimori, heredera de un condenado Alberto Fujimori.  “Pobre, entonces honrado” se convirtió en axioma. Qué lejos están esos días hoy. Del campesino ungido por el pueblo y rodeado de sus gallinas, no queda nada. Hay tantos ejemplos que dar, pero siendo esta semana ha sido prodiga en ellos, bastan para explicar la penosa situación del Perú.

Uno de los indicadores recurrentes en una cleptocracia es la aparición de personajes ocultos, fuera del escrutinio público, que no tienen ningún nombramiento y por tanto ninguna responsabilidad administrativa, pero a la vez tienen enorme poder de decisión en asuntos públicos. Una variante de este indicador es la del funcionario de bajo rango pero que es el verdadero tomador de decisiones. ¿Qué hacía Fermín Silva, médico de la Clínica La Luz entrevistando candidatos a gerente general de Petro Perú? ¿Qué hacía Bruno Pacheco presionando al entonces ministro de Energía y Minas para que se nombre al mismo personaje de manera simultánea como director de la misma empresa? Un oscuro director regional de Ancash se convierte en días en la estrella de la empresa pública más grande del Perú y protagonista de sendas investigaciones fiscales por concursos corruptos. Un hombre que no puede explicar cuál fue su participación en una fiesta de cumpleaños de 100,000 soles dedicada a la hija de Bruno Pacheco donde solo asistieron 50 personas. Y así, ¿dónde está ahora Hugo Chávez? Sentado en la misma silla, pese a las exhortaciones de la Procuraduría y de la Contraloría el sujeto es inamovible y con todo desparpajo declara que “él se va al día siguiente de que salga el presidente”. Aquí tienen, en un solo párrafo, todos los vicios de una cleptocracia. No se ha hecho la cuenta aún, pero se hará, de lo que este grupete le ha costado a la sociedad peruana. Porque, al final, somos todos los que pagamos la derrota.

Si hay algo urgente en el Perú es incorporar el juicio político (Impeachment) contra el presidente por delitos comunes. Pero eso sólo lo puede hacer un congreso que, nadie se sorprende, es parte del mismo sistema de gobierno. Con “niños” o sin ellos, no parece ser un problema de lucha contra la corrupción lo que mueve al parlamento sino un asunto de turnos para robar. No llegaron a censurar al ministro de Transportes y Comunicaciones porque renunció. Se queda en la retina su baile de despedida con mariachis. Tenía razones para celebrar. El sucesor es su clon chotano. El presidente cambió mocos por babas y el congreso sigue haciendo mutis, tolerando todo, porque es parte del todo.

Columna publicada el domingo 6 de marzo del año 2022 en el diario La República

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *