Sálvese quien pueda
Cinco meses después de declarada la emergencia sanitaria por el Covid en el Perú, un cambio de rumbo parecía impostergable. No es necesario ahondar en las cifras una vez más, para ver la magnitud del desastre. Nadie esperaba un éxito rotundo con un sistema sanitario de pésima calidad y una población mayoritariamente informal, pero ¿últimos del planeta en todos los frentes? Después de tanto sacrificio, la frustración no hace sino crecer.
Por eso, un cambio de liderazgo traía la promesa implícita del reconocimiento de errores y una nueva estrategia daba un aire de esperanza. El sinceramiento de cifras, la apuesta por la atención primaria (que la gestión del ministro anterior cerró pese a todos las advertencias y riegos) y la compra de pruebas moleculares de aplicación masiva eran parte de este refresco. Sin embargo, se perdió tiempo en el Congreso con la censura al gabinete Cateriano. El nuevo gabinete debía anunciar nuevas medidas, con base en experiencia internacional efectiva, para parar el ritmo de contagios. Con enorme pena, la esperanza ha durado poco.
La ahora reiterada estrategia sanitaria Zevallos – Zamora es reactiva y punitiva. Al enfermo se les espera en el hospital. Sin buscarlo, sin aislar familias, sin llevarle medicina, oxigeno o provisiones. El que esta grave, llega moribundo a un hospital saturado donde su destino no será otro que el de morir en soledad y ahogándose. Esa estrategia fracasó hace tiempo. Bastaba ver Iquitos, con su cuota de sangre de buenos médicos para entender que eso no funciona. Sirve, eso sí, para echarle la culpa a los gobiernos anteriores (que la tienen) y no asumir el costo de un despliegue sanitario.
La estrategia punitiva traslada la responsabilidad del Estado al pueblo, al que se presenta como incapaz y, por tanto, tiene que ser multado (la tabla es inaplicable y un incentivo a la corrupción que no disuade a nadie) o encerrado en cuarentenas universales con toques de queda que, pudiendo haber sido útiles, hoy ya no tienen mucho sentido. Un tercio de la población peruana está hoy encerrada. Se ha vuelto al toque de queda de 30 horas desde el sábado hasta el lunes. Si esta medida fuera inocua, se podría tolerar el daño económico. Pero, puede ser como el dióxido de cloro. No sólo no ayuda; daña.
¿Qué han hecho los países que mejor han manejado la pandemia? Desarrollar una estrategia preventiva y educativa. Preventiva no solo en la comunicación activa de mensajes de cuidado personal, sino en la búsqueda y aislamiento de los que portan el virus y su núcleo familiar (rastreo para cortar el contagio), con síntomas o sin ellos, atendiéndolos de forma integral, antes de que empeoren (atención primaria). Educativa, porque persuade al ciudadano. ¿Quién quiere enfermarse o morir o contagiar y matar a los suyos? Esto, por supuesto, no quita la necesidad de ampliar la oferta hospitalaria, pero esa no es, en ninguna parte, la única o la principal medida de acción.
La estrategia “encierro a todos, les doy un bono y los espero en un hospital saturado” fracasó. Pero se insiste en lo mismo. Así, ya no queda más que la reacción ciudadana. En un esfuerzo enorme, diócesis y parroquias están comprando sus propias plantas de oxígeno. Empresas mineras también están donando las suyas. ¿Cuál es la reacción del Minsa esta semana? Impedir que Huancayo y Jauja tengan provisión de oxigeno de plantas construidas por la PUCP porque ahora resulta que no les gusta que las nuevas plantas tengan un inocuo filtro de aceite. Como lo lee.
Ahora sí, nuestra única esperanza está en la vacuna. A aguantar seis meses más y a cuidarse, cada uno lo mejor que pueda, tratando que el Estado no te mate repitiendo una y otra vez sus errores, como si fuera a surgir, por mágica razón, un resultado diferente.
Columna publicada el domingo 16 de agosto del 2o20 en el diario La República
Juan Carlos Tafur, a quien el fujiaprismo ha detestado, insultado y atacado siempre tanto, no vaticina ni predice nada. Eso es mentira.
Mucho menos aun habla de numeros o porcentajes. El solo plantea que la actual coyuntura invita a que cualquiera le saque provecho.
De esa manera, menciona -como lo hace con otras argupaciones o personajes politicos- que si el keikismo se comportara inteligente y se discilinara eficazmente, podria sacarle partido a esta situacion, lo cual no seria necesariamente bueno para la poblacion. En otras palabras, el llano esta abierto, de esa misma manera, para que un candidato serio, capaz y honesto cree el mayor impacto positivo posible en un pais al cual la pandemia le ha destapado todos sus punto vulnerables ante las mentiras que los politicos tradicionales nos han venido contando por decadas, hecho que la lucha anticorrupcion ya habia empezado a desentrampar, como Tafur claramente anota.
Mas, ya vemos que eso es casi imposible para un partido que carece de un liderazgo objetivo y sensible a las prioridades nacionales, pues es incapaz de proponer en medio de una crisis terrible siquiera algo que valga la pena en beneficio del pais, salvo, claro, que se consuma dioxido de cloro para curar el Coronavirus – «ya que no es lejia»- y que todos sus corruptos mas agravados salgan de prision ante la amenzaza de infeccion por el virus, como es el caso de la misma Keiko Fujimori.
Lo que actualmente esta haciendo Keiko Fujimori es nuevamente aparentar (tipo la archiconocida huevonada que hizo en Harvard hace años) que no es quien es y como realmente es callandole el hocico a sus tradicionales perros de chacra (tipo la Chavez, Mesia, Bartra, Chacon, Becerril y demas voceros de esa calaña), asi como bajandole el tono a sus terruco/trolls (este blog es un claro ejemplo de ello) para crear menos antagonismo con la sociedad que reacciona a las chanchadas que estos malandros manifiestan y cometen. O sea, Keio Fujimori solo ha atinado a mentir otra vez desenchufarle el microfono a quienes demostraban dia a dia y a gritos todo lo que ella y su partido en verdad son.
Veremos, como indica Tafur…
Sigue la recomendacion de tus compañeros de La Pestilencia, tomate diez litros de dioxido de cloro y vas a ver que te curas al toque y dejas de echarle la culpa a quien no la tiene y ademas es mucho mejor opcion que Keiko Fujimori y su turba de corruptos, achorados y brutos esten en el poder. No te preocupes, si te te acaba, te damos mas hasta que te cures de una vez por todas.
No que la ministra de economia, M. A. Alva, no pueda ser criticada, ni tenga nada que aprender, pero este Congreso no esta a la altura para interperlarla. Como uno de ellos lo puso el mismo: «No se ni por lo que voto».
Pero, bueno, mejor es tener este Congreso que el anterior. De eso no cabe duda. Por eso los peruanos estamos tranquilos, nada puede ser peor que el Kongrezoo. ¡NADA! Dicha profunda conviccion llena todos los vacios que el Ejecutivo y el Congreso actual, por otro lado, dejan. Mas seamos sinceros, un par de siglos de desigualdad, elitismo, racismo, clasismo y violaciones de los derechos humanos de los peruanos, todo eso sumado a la pandemica corrupcion estatal y empresarial han dejado al Peru enfermo. El Coronavirus no ha hecho mas que evidenciar con toda claridad esa triste realidad. El Peru nunca estuvo bien, esa es la pura verdad. Muy apesar del crecimiento a raiz del apogeo economico que el pais atraveso durante las ultimas decadas, precisamente porque no supimos invertir los frutos de ese dinero en aquellos temas que nos hubieran hecho desarrollar y progresar sustancialmente. En vez de ello dejamos que unos cuantos mequetrefes se roben nuestra riqueza y no nos la devuelvan hasta el momento.