Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

8 Diciembre, 2020

¿Vizcarra congresista?

El anuncio oficial de la participación del hoy expresidente Vizcarra en las elecciones parlamentarias del próximo abril trae consecuencias impensadas para los golpistas, los partidos y todo el proceso electoral. Su presencia en la contienda puede alterar de forma dramática los resultados y, por tanto, la correlación de fuerzas parlamentarias en los próximos 5 años.

Vizcarra fue destituido en un proceso irregular, usando normas constitucionales inaplicables a su situación. Si una investigación fiscal preliminar fuera causa automática de revocatoria de mandato para cualquier cargo de elección popular, no sobrevive nadie. Este abuso del poder fue rechazado por el 91% de los encuestados post golpe y 77% aprobó la gestión de Vizcarra a su salida, según encuesta de IEP. Nunca un presidente peruano ha dejado el cargo con esa aprobación pesar a que, a mi juicio, la gestión de la pandemia ha sido un fracaso.

Con esos números era evidente que la vida política de Vizcarra no había concluido y que una candidatura presidencial al 2026 era lo que seguía. Pese a no tener partido, ni proyecto, 5 años es tiempo suficiente para construir alguna propuesta. La sorpresa es que Vizcarra opte por un camino que, salvo Fujimori postulando al Senado del Japón, ningún expresidente había intentado. A pesar de no estar prohibido (ver artículo 113 de la Ley Orgánica de Elecciones), el Congreso es un lugar poco atractivo para quien solo ha tenido posiciones ejecutivas. La crítica obvia es que es un descenso político y que solo se busca inmunidad para no ser procesado por crímenes anteriores.

La inmunidad de proceso no es útil para un posible Vizcarra congresista porque ésta no alcanza a delitos cometidos fuera de la función de presidente de la república. Como gobernador, no tiene inmunidad y el proceso continúa igual. A velocidad “fiscalía Lava Jato” pueden pasar cinco años sin siquiera tener acusación. La inmunidad de arresto, que es la que salvó a Ríos, Donayre y ahora a Acuña (todos del golpista APP, ¿casualidad?) sí le puede servir, pero solo en la medida en que sus pares lo protejan y exista una sentencia firme, cosa que hoy parece muy lejana.

Si las “toneladas de pruebas” de los supuestos sobornos aparecen, su presencia puede ser letal para cualquier lista parlamentaria. Pero, teniendo en cuenta que para lograr la vacancia la fiscalía habría proporcionado clandestinamente todo lo que había y lo que no había, las toneladas van a reducirse a los mismos gramos actuales. Si hubiera más, ya lo sabríamos.  Se hubiera publicado para aplacar la furia ciudadana en las calles.

¿Por qué Somos Perú es el partido elegido? Parte de esa bancada participó en el golpe de Estado. El Congresista Aliaga, ex vicepresidente del Congreso, es sospechoso de tener vínculos muy directos con los “Cuellos Blancos”. El partido ha tenido por esta causa renuncias importantes como la del congresista Espinoza y ha sufrido tantas divisiones que ya no queda ni sombra de los hermanos Andrade. Las peleas por redes sociales son frecuentes. Mas franquicia que partido, este bote a remos lleva a Daniel Salaverry como candidato presidencial con, hasta ahora, nulas posibilidades en cualquier encuesta. ¿Tal vez el atractivo está en su poquedad?

¿Qué tienen en común Salaverry y Vizcarra? Mucho. El origen aprista, la provincia, el haber ocupado posiciones de poder para las que nadie creyó que estuvieran preparados y, por supuesto, la traición. Ambos ocuparon papeles clave en la caída de Kucsynski.  Ambos traicionaron el respaldo de Keiko Fujimori, por buenas razones. ¿Confiarán uno en el otro? Lo dudo. Con esos antecedentes, no confían ni en su sombra.

¿Vizcarra puede ayudar a levantar la candidatura de Salaverry? Es muy temprano para decirlo, pero daño a lo que no tenía posibilidades, no le va a hacer. Sería una carcajada cósmica de los papeles invertidos ver a Salaverry presidente de la república y a Vizcarra presidente del Congreso. Lo que si puede ser Vizcarra es una locomotora de la lista parlamentaria, lo cual sería un desastre para los demás partidos y un verdadero golpe a los golpistas. Contra lo que se esperaba, puede ser que el próximo no sea un congreso tan fraccionado. Pero solo Dios sabe qué cosa es hoy Somos Perú. Que nos coja confesados.

Columna publicada el domingo 29 de noviembre del año 2020 en el diario La República

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