Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

9 Enero, 2017

Lucho sabe mucho

Los actos de violencia son condenables y deben ser perseguidos, sea cual sea su causa. En eso no se puede ser débil. Destruir propiedad pública o privada debe terminar con la detención y juzgamiento severo de los culpables. En las últimas semanas del año todos vimos lo que pasó en Huaycan y ahora en Puente Piedra. Esos actos no pueden ser justificados bajo ninguna circunstancia.

Aclarado el punto, los hechos de violencia por una caseta de peaje adicional – en sentido inverso del tránsito a la pre existente – en el distrito de  Puente Piedra revelaron la existencia de serias irregularidades – termino muy amable – en la ejecución del contrato de concesión de Rutas de Lima, en donde el concedente es la Municipalidad Metropolitana de Lima y el concesionario es la auto declarada corrupta empresa constructora brasilera Odebrecht.

La razón por la que el Estado concesiona una obra pública es simple. No tiene el dinero para satisfacer hoy una necesidad pública impostergable. Es decir, necesita que el concesionario ponga el capital hoy, ejecute la obra, beneficie a la sociedad con la prestación del servicio lo más rápido posible y se cobre a lo largo de la vida útil de la obra. Esa es la idea. Una concesión donde el capital lo pone el Estado integramente, o peor, lo pone usted directamente, no tiene sentido. Para ese resultado es mejor que el Estado ejecute la obra solo y por los años que le demore recaudar lo necesario para hacerlo. Sino ¿cuál es el beneficio?

Luis Castañeda ha pretendido, una vez más, agarrarnos de idiotas. Eso, no es delito. Es culpa nuestra que se lo permitamos. Pero,  ¿darle beneficios indebidos a un concesionario? Eso, sí lo es. Y de eso, Lucho no dice una palabra. Su defensa frente al nuevo peaje es que “el contrato lo ata de manos”. Mentira.

A pocos días del estallido social escuche – contrato en mano – a Gustavo Guerra García, un experto en concesiones que trabajó en el periodo Villarán, explicar las cosas que nuestro Alcalde oculta. Algunas son indicios claros de actividad delictiva.

Lo primero es que el contrato de concesión con Odebrecht sólo permitía recaudar en los peajes pre existentes con un reajuste tarifario gradual a lo largo del tiempo. Es decir, subir 0,50 centavos el peaje si esta permitido. Eso, podía hacerse. Lo que NO podía hacerse es poner un nuevo peaje ahí donde nunca existió hasta que no CONCLUYAN las obras. El integro de ellas. Y eso ¿ha sucedido? No, no ha sucedido. Entonces, ¿por qué la Municipalidad autorizó ese peaje? ¿Acaso eso es lo que dice el contrato?

Lo segundo es que la Municipalidad debía liderar un proceso de conversaciones para ver la mejor ubicación futura de ese peaje. Esta no era al lado del pre existente. Hay zonas en el trayecto con menor densidad poblacional. El peaje no es para quien recorre 3 kilómetros. Eso es absurdo. El peaje es para distancias largas. ¿Conversó Castañeda con los Alcaldes del norte de Lima cómo se lo solicitaron? Nunca. ¿Por qué? Ahí no basta con escudarse en la mudez. La responsabilidad es suya. En el mismo día, subió el peaje, puso uno nuevo y quitó el subsidió al transporte de carga de larga distancia que pagaba peaje al MTC en el cercano Ancón. ¿Esa es una gestión eficiente? No lo creo. Lo que Lucho ha demostrado es ser un pésimo gestor. Pero esto puede tener, como veremos, otra explicación.

Lo tercero, y esto es gravísimo, es que se le ha entregado a Odebrecht el 4% de la recaudación del peaje que estaba reservada a la Municipalidad. Se ha modificado sustancialmente el contrato sin seguir la vía regular – addenda, revisión y aprobación del MEF – sólo por resolución del Concejo. ¿Por qué motivo? Nadie lo sabe. Es decir, se ha regalado al concesionario una montaña de dinero, cuando Marcelo Odebrecht ya estaba preso y todos sabíamos de los delitos de corrupción cometidos en el Brasil por esta empresa. La única razón posible es ayudar a la empresa a vender la concesión con mayor solidez.  ¿Va a hacer eso el Alcalde de Lima a cambio de nada?

Y por enésima vez el Mudo tiene muditos. ¿Donde esta la gran prensa dando la pelea? El Alcalde ya hizo un chanchullo con OAS ahí sí, modificando un contrato y quitándole al Rímac y a la comunidad Shipiba de Cantagallo un futuro mejor para hacer un by pass que nadie pidió y que hoy no sirve para nada.

En redes, los fujitrolls tienen la orden de destruir a la izquierda y tienen en Susana Villarán la excusa perfecta. Aunque ella no milite en Fuerza Social, igual es, van por todos. Lo que esta demostrado hasta hoy, es que al menos ella no tienen ninguna imputación por corrupción y que sus signos exteriores de riqueza son mas de bien de pobreza. Digna pobreza de un ex funcionario público, como debe ser.

¿Era necesaria la concesión de Rutas de Lima? Eso es indudable. La Municipalidad no tiene como hacer mas de treinta intercambios viales en 140 kilómetros de vías, ni como ampliar la autopista Rámiro Priale hasta Chosica en 5 años. La única forma es con el capital del concesionario. Pero de ahí a trasgredir el propio contrato y decir con hipocresía “estoy atado de manos” hay un camino bien largo.

Lucho sabe mucho. Pero, salvo una pequeña y perseguida oposición municipal, nadie le hace las preguntas que el Ministerio Público ya le debería estar haciendo, hace mucho tiempo.

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