Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

3 Enero, 2017

¡Qué mala defensa!

En estos días de fiesta, José Alejandro Godoy, en su blog “Desde el Tercer Piso” da cuenta de un video preparado por el publicista Carlos Raffo   http://www.desdeeltercerpiso.com/2016/12/la-nueva-jugada-del-sodalicio/    con el fin de desprestigiar al periodista Daniel Yovera. ¿Por qué? Por su participación en el reportaje sobre los negocios inmobiliarios del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC) en Piura. A la vez de acusarlo de mentiroso, sin lograrlo, los 25 minutos del video colgado en You Tube tienen otros elementos que lo terminan convirtiendo en una parodia de defensa.

El reportaje transmitido, desde Londres al mundo, por la cadena Al Yazeera da cuenta de dos asuntos graves. El primero, la contratación de miembros de la temible banda “La Gran Cruz” para consolidar una propiedad en litigio por la vía de la fuerza. Lo segundo, que la propietaria de este desarrollo inmobiliario pertenece, interpósita persona jurídica, al SVC. Grave acusación porque el SVC se encuentra inmerso en un proceso de investigación por abusos físicos, psicológicos y sexuales, algunos de los cuales constituyen graves violaciones de derechos humanos según una comisión que ellos mismos constituyeron. El enriquecimiento económico era una pieza faltante y Yovera la ha expuesto. Puede ser un  enriquecimiento lícito, pero ciertamente inesperado en relación a la razón de ser de una organización religiosa.

Como sabe el público lector los periodistas peruanos tienden a insultarse públicamente entre ellos así que nada más alejado de este reino que “el otorongo no come otorongo”. Si uno mete la pata, el resto lo destrozará con regocijo, que no quepa duda. Dicho esto, no he leído ninguna crítica periodística al trabajo de Daniel Yovera. En mi caso, he sido su jefa en ATV y ATV+ por dos años y si tuviera el dinero para pagarle lo que vale, lo tendría trabajando conmigo a perpetuidad. Confió en esa combinación de audacia y prudencia, paciencia y diligencia, respeto e insolencia que lo ha llevado a descubrir, con un buen manejo de fuentes, múltiples historias acalladas. No sólo se hizo famoso por sacar a la luz el Caso Comunicore. Con Daniel sacamos todo el caso “Narcoindultos” o las cutras en Ancash, muchos meses antes del asesinato del señor Nolasco. Su trabajo siempre ha sido pionero.

El caso que trajo de Piura no es fruto de la casualidad. Sé que lleva mucho tiempo en esa investigación, así como otras en paralelo, a las que busca publicar donde sea posible. En los últimos meses, los enredos de las finanzas de los hermanos Fujimori han sido objeto de una serie de entregas que también hemos reproducido en este blog. Sin embargo, su perfil bajo y su discreción para trabajar lo alejan de los grandes reflectores. Se equivoca el SVC o Carlos Raffo si cree que un video, ese sí, “hecho a la medida” va a poder llamar mentiroso o desacreditar a Daniel Yovera.

Pero vamos por las partes más inconsistentes de la respuesta de Inmobiliaria Miraflores (así se llama la responsable del desarrollo inmobiliario, la que a su vez es controlada por Fundación San Juan Bautista):

  1. El SVC no existe. Es curioso pero casi ni se nombra. Y esto es clave porque lo que se omite dice más que lo que se expresa. Aquí hay muchas preguntas sin contestar. Las organizaciones que pertenecen a la Iglesia Católica tienen exoneraciones tributarias extendidas en razón a que los servicios que prestan, porque procuran un bien social deseable (educación, salud, ayuda espiritual), que muchas veces el Estado no puede prestar, siempre que no exista fin de lucro. No me opongo a ello (aunque puede haber opiniones muy diferentes) pero a lo que si se tiene que oponer el Estado es que a través de la vía de la acumulación de un capital obtenido sin pagar impuestos se invierta en actividades lucrativas. Así cualquiera hace buenos negocios. Es decir, la Inmobiliaria si es un contribuyente común, pero su socio capitalista (Fundación San Juan Bautista) no lo es. No es ilícito pero para eso no se crearon las exoneraciones tributarias a la Iglesia Católica. Y no estamos hablando aquí de un templo, una casa de retiro o una residencia para religiosos. Tampoco de alquileres diminutos que se usan para dar vivienda social. Estamos hablando de 300 hectáreas con edificios multifamiliares, residencias y centros comerciales. De esto, ni una palabra.
  2. Lo que se dice reiteradas veces (hasta con letras amarillas grandes) es que en estas tierras “NO HABIA NADIE”. Nada, sip, cero. Hasta mapas de google muestran, a toda velocidad. Muy bien. Clarito, ¿verdad? Nadie. Entonces, ¿por qué les pagaron a los “legítimos” posesionarios”. Legítimos, ojo. No precarios. Se repite varias veces la palabra “legítimo”. ¿No era que no había nadie ahí? ¿Cómo puedo ser nadie y legítimo posesionario a la vez?
  3. La defensa confunde (culpa de los abogados que tenemos una distorsión de la verdad) la verdad procesal con la realidad. Por ejemplo, llegar a un arreglo extracontractual con quien te demanda no quiere decir que nunca te demandaron. Quiere decir que no estas demandado hoy, pero que el conflicto si existió. Y eso es lo que interesa a Daniel Yovera. Es decir, si nunca hubo conflicto ¿Por qué tanto juicio? Ellos mismos muestran decenas de expedientes judiciales que prueban que no existió precisamente “paz social” en la zona. La han logrado a punta de pagar. Eso es otra cosa. Y si han pagado no es por “razones humanitarias” como dice uno de los abogados. Disculpen, pero eso ya es de risa.
  4. Un prontuariado delincuente, por sí sólo, puede ser un mal testigo y en eso cualquier periodista ésta de acuerdo. Pero, ¿un policía a la que la banda “La Gran Cruz” le asesinó un hijo si puede ser un buen testigo? ¿verdad? A ese, no lo quieren nombrar. Y ¿si un testimonio se corrobora con el otro y con otros más? Los que hicieron tratos con delincuentes fueron los gestores de la inmobiliaria (no los periodistas) y es por ello que deben ser entrevistados. Lo que no dice la defensa es que sus asalariados por 22 meses están presos, esperando largas condenas por crímenes horrendos. Esos no son “trabajadores de construcción civil”. Y ellos lo sabían. Acusar a Daniel Yovera de querer pagar un testimonio es una mentira. ¿Qué ellos les pagaron a delincuentes? Lo han admitido, corroborando todo.
  5. No han usado la palabra “extorsión” como sugerían verbalmente los primeros días. El argumento no se sostiene. ¿Extorsión de 22 meses a una inversión inmobiliaria de ese tamaño? Más barato les salía llamar a la policía. Más contactos tienen en la fiscalía y el Poder Judicial para denunciarlos. Si hoy los delincuentes están presos es porque tuvo que venir un equipo de Lima. ¿No podían colaborar con la justicia en lugar de “colaborar” con los delincuentes? Que los hallan excluido del proceso no niega una verdad más grande que su proyecto. ¿Le pagaron a criminales? ¿Sí o no? Sí. Y es la verdad. Sin matices.

Una palabra final.  El video de defensa señala que pagaron a “miembros de construcción civil” (no dicen delincuentes) porque es lo “habitual”. Tal vez esa frase explique muchas de las cosas terribles que pasaron por tres décadas en el SVC. Lo atroz se hizo habitual hasta que alguien tuvo el valor de hacerlo notar. Lo llamaron mentiroso decenas de veces pero al final ¿quiénes fueron los que mintieron?

Esa no es una campaña contra alguien o contra una institución. Esa una campaña a favor de devolver la dignidad a los seres humanos que fueron vejados.

Share on FacebookShare on Google+Tweet about this on Twitter

Responder a Maria Palacios Ramirez Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *