Rosa María Palacios

Un blog de política independiente

8 Febrero, 2016

Lo que no se ve, ¿no existe?

Una campaña es como un carnaval. Las reglas de conducta se relajan y hay un vale todo, aunque siempre dentro de ciertos límites. Uno de ellos, por cierto, es tener claro que los protagonistas del corso son los candidatos y sus comparsas. No los periodistas, que debemos estar mirando – mas cerca – al lado de los espectadores. Cuando un periodista decide hacer de protagonista sumándose al desfile o tirándole piedras al candidato, el público suele reír a carcajadas. Este fin de semanas varios tuvieron su lección de humildad.

Pero ya viene el miércoles de ceniza y eso me recuerda que hay un día parecido en la política. Cuando todo termine, tendremos un Presidente o Presidenta electa y un congreso renovado, que nos guste o no, tendrán que gobernar por los próximos 5 años. Pese a los baldazos de agua, las pullas y el griterío, esta campaña esta dejando, por encima de todo, ciertos consensos básicos para gobernar el país.

1) Las prioridades están mas claras que nunca y creo que son tres. Seguridad, educación y desarrollo económico para todos. Los tres ejes, con respuestas mas o menos felices, están no sólo en los planes de gobierno sino en el discurso de los candidatos. Todos los candidatos coinciden en que para millones de peruanos sus preocupaciones en relación al Estado son esas. Vivir en un ambiente seguro, tener acceso universal a una educación de calidad que saque a las familias de la pobreza e impulse al país al primer mundo y gozar de un manejo económico que por las vías necesarias retome el impulso que tuvo en el pasado.

2) Los derechos de las minorías han entrado al debate para quedarse. Ya no es tabú hablar de homosexualidad en una campaña política. Por el contrario, y pese a lo que parezca en apariencia, crece el apoyo a conceder derechos patrimoniales a parejas homosexuales. ¿Cómo hacerlo? Hay matices mas o menos liberales pero ya nadie se atreve a tener expresiones homofóbicas sin sufrir las consecuencias. Sin embargo, hay un largo camino por recorrer que, parece, será gradual pero sostenido en el tiempo hacia el matrimonio igualitario. Esto es una novedad en las campañas presidenciales.

3) La relación del Estado con la inversión privada, y en particular con la inversión en industrias extractivas es vista con ojo crítico pero a nadie se le ocurre proponer su desaparición. Ni siquiera a la izquierda del espectro político. Por el contrario. Se busca mas presencia del Estado, pero en el sentido regulatorio o promotor del proceso, a través de una mejor relación con el entorno ambiental y comunitario. Esta es una buena noticia para la economía. La Bolsa de Valores de Lima está reflejando expectativas muy positivas en ese sentido y es muy bueno que el proceso electoral no afecte negativamente esas expectativas.

4) Existe cierto consenso en la necesidad de hacer reformas institucionales y políticas de fondo. Aunque esto se suele ofrecer en las últimas campañas, espero que esta vez no dure un verano. Desde cambiar el sistema electoral, hasta hacer una nueva reforma del Estado, las debilidades institucionales saltan ya por todos lados y son un lastre para el desarrollo. El tema esta presente en el discurso, falta ver si luego de que acabe el carnaval, pasa a la acción.

No esta mal. Esto es bastante mejor de lo que aparenta a simple vista la exhibición de las desgracias y carencias de nuestros candidatos presidenciales. La diferencia estará entonces en las percepciones personales de cada votante. Y ahí esta campaña también esta estableciendo nuevas tendencias:

1) Cambio o novedad versus experiencia. De los punteros, el candidato que mas se acerca al deseo de cambio o novedad es Julio Guzmán. Los otros, todos tienen experiencia – algunos, muy negativa- lo que puede sumar o restar según se mire. Otros candidatos del cambio que lamentablemente aún no asoman en las preferencias son Verónica Mendoza y Alfredo Barnechea. Sin embargo su mayor presencia en medios en estos días puede dar algunas sorpresas. La lectura política de Keiko Fujimori es que el pueblo pide cambio, renovación, de ahí su esfuerzo por proponerlo al inicio de la campaña. Sin embargo, se ha salido del libreto en las últimas semanas, segura de estar en segunda vuelta.

2)  Prestigio personal. A falta de partidos o instituciones esta campaña es personalísima. El plagio de Acuña, la mochila de Keiko, los narcoindultos de García, pesan y pesaran mas en segunda vuelta. El escrutinio periodístico sobre la carrera profesional, la vida empresarial, los estudios o la familia de cada candidato responde al legítimo deseo del votante de saber quién es éste hombre o mujer que quiere ser su Presidente. Una carrera manchada de dudas no jala votantes, los ahuyenta.

3) Liderazgo. Si de algo adolece el actual Presidente es de falta de liderazgo. Los votantes suelen tratar de reparar con su voto las carencias que sufrieron en el gobierno saliente. Este espacio esta aún abierto. ¿Quién es el mejor líder de los 19 aspirantes, al margen de otras consideraciones? Esa pregunta formulada de otras maneras, está presente en un electorado que añora a veces la autoridad – y a veces el autoritarismo- que sólo un verdadero líder puede imponer.

Share on FacebookShare on Google+Tweet about this on Twitter

Responder a felipe ramirez Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *